Sabemos que la casa de Dios no está dividida, pero sabemos que Él hace las cosas a un nivel superior, y sólo los que están en el Espíritu entenderán esto, sólo los que tienen oídos atentos oirán. Nadie se dejará llevar por las doctrinas de los hombres. Estamos aquí para ser transformados, y la única manera en que podemos ser transformados es por los siete Espíritus de Dios. Espíritu de completitud: el Espíritu del SEÑOR, el Espíritu de sabiduría, el Espíritu de entendimiento, el Espíritu de consejo, el Espíritu de poder, el Espíritu de conocimiento y el Espíritu de temor del Señor.
¿Por qué siete? ¿Por qué siete Espíritus? El número 7 significa perfección, finalización. Hay 7 estrellas, 7 candelabros, 7 ángeles y 7 iglesias. Todos significan una cosa: completitud. En el libro de Apocalipsis, Dios no solo estaba hablando a las siete iglesias. Estaba hablando de todas las iglesias esparcidas por todo el mundo: ¡esa Única Iglesia! Porque esta Biblia, esta Palabra, fue escrita para todos aquellos que la leen, la reciben y la guardan. Los que hagan esto serán bendecidos (Apocalipsis 1:3). Apocalipsis es el único libro que comienza y termina con esta promesa. La Palabra es para los siglos venideros, como Él es, fue, vendrá otra vez y será por los siglos de los siglos. ¡En Él tenemos su plenitud! La mente carnal nunca puede entender las cosas del Espíritu. Pero cuando somos bautizados en el Espíritu Santo, que son los siete Espíritus, comenzamos a caminar en este lugar de plenitud. Nuestro espíritu es colocado nuevamente dentro de Dios en esta medida de siete Espíritus. Los siete Espíritus son uno, y nosotros nos hacemos uno con Él, así como la Iglesia es una. Este misterio sólo puede ser comprendido por Su Espíritu. ¡Dios siempre tiene un modelo estándar de cómo debemos acercarnos a Él y de cómo podemos estar completos en Él! Sabemos cuándo hay una completitud. ¡Hay una totalidad que produce UNO!
Dios dice en Apocalipsis 4:1-5 y Apocalipsis 5:6-14: “:Sube, Juan, y te mostraré algunas cosas”. ¡Habló de los siete Espíritus de Dios! Cuando hablamos de Dios y a Dios, comenzamos a ser sus mensajeros si estamos en Él. Muchas personas están predicando el mensaje, ¡pero sus voces no son como truenos! Necesitamos tener los siete Espíritus de Dios para entender de qué habla el libro de Apocalipsis. Aquellos que son los mensajeros son los que están llenos de los siete Espíritus de Dios, y son los únicos que podrán responder plenamente cualquier pregunta acerca de los misterios porque han recibido la completitud de Él. Para no ser engañados, sólo los elegidos llenos de ellos podrán permanecer; De otra manera, aun los escogidos habrían sido engañados, si Dios no hubiera acortado los días (Mateo 24:22). Esos días se acercan, a menos que esos días ya estén aquí mientras leemos esto.
Tal como dice en Isaías 11:1-5, el Espíritu del Señor reposará sobre esta nueva rama: “Y reposará sobre él el Espíritu del Señor; espíritu de sabiduría y de entendimiento, espíritu de consejo y de poder, el espíritu de conocimiento y de temor del Señor.” La menorá tiene una base y siete velas (siete Espíritus). Ahora bien, nosotros, siendo el templo de Dios, tenemos esta menorá dentro de nosotros: se llama el Espíritu del Señor: “Y le hará entender rápidamente en el temor del SEÑOR, y no juzgará según la vista de sus ojos, ni reprendas según lo que oigan tus oídos.” ¡Los siete Espíritus de Dios traerán entendimiento rápido a Su pueblo! El sistema del hombre nunca alcanzará la sabiduría de Dios. Dios no tiene un sistema, sino un gobierno. “Sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra; con la vara de su boca y con el aliento de sus labios matará al malvado.” (verso 4)
La vara de su boca... ¿No es su Palabra como una espada de dos filos? ¿No es tu Palabra como un martillo? Su pueblo será controlado por el temor del Señor, por el poder de Dios. Aquí están de nuevo: (1) El Espíritu del SEÑOR: Qué significa tener al Espíritu como Señor (señorío, reinado). (2) El Espíritu de Sabiduría: Dice qué hacer. Veamos el caso de Salomón (1 Reyes 3:16-28). Tenía más sabiduría que nadie de su tiempo, pero no era su sabiduría, sino la sabiduría de Dios en él. Pero eso no le permitió hacer lo que quería. Todavía necesitaba el temor del Señor. Dios te dará sabiduría a su tiempo. ¡Cuando lo necesites! (3) El Espíritu de Entendimiento: Nos dice cómo hacerlo. La comprensión te mostrará exactamente lo que necesitas para hacer la voluntad de Dios. Veamos a Noé y el arca (Génesis 6). (4) El Espíritu de Consejo: El consejo nos corrige y nos guía. Veamos el caso de Daniel (Daniel 1:17). (5) El Espíritu de Poder: La manifestación del poder de Dios. Así como vemos a Sansón operando con poder natural, ahora nosotros operamos con poder totalmente sobrenatural. Cosas que no podemos hacer solos, y sabemos que sin Él nada podemos hacer. Sin Dios nada podemos hacer. Milagros: ese es el poder de Dios. (6) El Espíritu del Conocimiento: ¡Omnisciente! Saber cosas que nadie más sabe y confundir a los sabios. Mírame, Shane. No tengo educación, pero ahora Dios me está dando conocimiento para confundir a los sabios. Mira a Pedro. ¡Ha confundido a los sabios! -Oye, ¿quién es ese hombre? Él no habla como nosotros.” (Mateo 7:29). Jesús habló como hombre de autoridad. Cuando Dios habla, nunca hay un signo de interrogación al final, sino una exclamación. Pero cuando el hombre habla, siempre hay un signo de interrogación al final. Cuando estamos muertos en la carne, no nos falta ninguna de estas cosas. Pero cuando esto último falta, la gente sólo hace ruido pero no tiene conocimiento. (7) El Espíritu del Temor del Señor, que es el principio de la sabiduría - Si tenemos todo lo anterior, pero NO tenemos este (el temor del Señor), es cuando nos convertimos en nuestro propio dios (Proverbios 9:10). Pero si no le temes, no seguirás ninguna de las otras cosas que son suyas. El temor del Señor tiene su interruptor de encendido. Es como la llave para arrancar un coche o el encendedor para encender la menorá. ¡Esto te ayudará a regresar a Dios! El temor del Señor es el último mencionado en la lista de los siete Espíritus. Pero la Biblia dice que los últimos serán primeros (Mateo 20:16). ¡Sin el Espíritu del Temor del Señor, todos los otros seis espíritus serán eliminados! El temor del Señor es humildad. Cuando tienes el temor del Señor, sabes que nada puedes hacer sin Él. El temor del Señor es el principio de la sabiduría. Si no temes al Señor, no seguirás a ninguno de los otros siete Espíritus. Pero el Espíritu del temor del Señor es el principio de todas las cosas. Si adquieres sabiduría y entendimiento, pero no tienes el temor del Señor, puede que aun así seas un necio.
La única manera de obtener el temor del Señor es temer al Señor. Mira todos estos pasajes acerca del temor del Señor: Salmo 33:18-19, Proverbios 9:9-11, Proverbios 1:28-30, Proverbios 22:4: El Salmo 25:12-15 dice que “¿Quién es el hombre que teme al Señor? Él le instruirá en el camino que escoja. Su alma habitará en tranquilidad y su descendencia heredará la tierra. Su alma habitará en paz.” Hay tantas promesas relacionadas con el temor del Señor. Al leer estas escrituras, verá las promesas que se cumplirán cuando tengamos temor del Señor y las consecuencias cuando no lo tengamos. Cuando perdemos el temor del Señor, comenzamos a tolerar el mal. Pero el espíritu de Elías odia el mal. Y Dios está enviando a sus mensajeros, y ya están aquí. Malaquías 3:1-3 nos pregunta: “¿Quién podrá soportar el tiempo de su venida?” Dios está usando los siete Espíritus de Dios para refinarnos. Pero si no tenemos el temor del Señor, el refinador dejará su trono y no nos purificará más. Primero, el Espíritu del Señor debe tener ese lugar alto en nuestra menorá. Si perdemos el temor del Señor, ¡todos los candeleros se apagarán! ¡Y la renovación de nuestras mentes comenzará a detenerse! Simplemente apoderaos del temor del Señor otra vez. Deja de identificarte como pecador. Si Dios ya no recuerda tus pecados, ¿por qué sigues llamándote ex pecador? Malaquías no entendió lo que el Espíritu le decía. Isaías no entendió. El Espíritu vino sobre ellos, pero también los dejó. ¡Fue algo momentáneo! Me refiero al pleno entendimiento y a los misterios que se mantuvieron hasta el tiempo establecido antes de la fundación del mundo. ¡Pero ahora lo tenemos! ¡Llegó para quedarse! ¡Los siete Espíritus de Dios han venido para quedarse! En Mateo 25:1-13 se mencionan diez vírgenes: Cinco tienen el temor del Señor. Obedecen la Palabra, leen la Palabra, oran, ayunan, respetan Sus caminos. Y cinco no tuvieron temor del Señor. ¡Cuando las cosas se ponen difíciles, estos tipos empiezan a pelear! ¡Por eso nos reunimos para escuchar la vara de Su lengua! ¡Estar alineados y llenos de tus siete Espíritus! Los que no le temen se convertirán en sus propios dioses. Escucharán sus propios deseos. Serán guiados por un extraño, por voces extrañas pensando que es la voz de Dios.
Malaquías 4:2 dice: “Pero para ustedes que temen mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación. y saldréis y creceréis como becerros del establo.” ¡A este tipo de terneros se les alimenta con la mejor hierba! En lugares de verdes pastos me hizo descansar (Salmo 23). Acordaos de la ley de Moisés... Ahora Él dice: “Acordaos de mi palabra. Mis palabras son Espíritu – los siete Espíritus – Mis palabras son vida.” Ellos podían profetizar en parte, pero ahora podemos entender más y tener más entendimiento. Pero ahora la Iglesia que no cree en los dones del Espíritu no puede recibir los siete Espíritus de Dios. ¡Son vírgenes insensatas! Son ellos los que confían en el hombre, en la autoayuda, en la ambición egoísta y en la vanagloria. Usan los estándares de Dios, los dones de Dios y el nombre de Dios para promover su propio sueño y visión, no para convertirse en esclavos de Su gloria. Dios ya los ha expuesto a todos. ¡Quien puede ver está iluminado!
¡Creo que la Iglesia tiene el Espíritu de Elías, que es el Espíritu del Señor! ¡David vino en el Espíritu del Señor! David sabía y tenía sabiduría sobre cómo ganar la batalla. David sabía que tenía al Señor. No hay necesidad de usar la armadura de Saúl. Él lo sabía: “Lo tengo todo: sabiduría, estrategia, el poder del Señor”. ¡Cinco piedras! ¡Eso es todo lo que necesitas! Para el hombre, David no tenía suficiente. Para el hombre, era demasiado pequeño. Para el chico, era muy joven. Para el hombre, el no era el elegido. A éstos es a quienes Dios ama inflamar más que a nadie, no a aquellos que lo saben todo, ni a aquellos que han sido seducidos por la sabiduría del hombre, sino a aquellos que tienen plena confianza en el Espíritu del Señor, ¡en los siete!
Lucas 1:12-17 dice que el Espíritu del temor del Señor traerá a la gente de regreso a Jesucristo. “Nadie puede venir al Padre sino por mí, sino por mi palabra.” ¿No sabéis que a causa del pecado el mundo entero se ha convertido en hijo de Satanás, pero ahora todo el que se arrepiente y nace de nuevo clama: “Abba Padre”? Se está produciendo otra paternidad y estos serán llenos del mismo Espíritu del temor del Señor y estarán llenos de respeto y honor hacia este nuevo Padre. ¡Esta es la nueva generación llena del Espíritu del Señor! No se esforzarán mucho para llamar la atención. No cumplirán el deseo de su propio corazón, sino la voluntad del Señor.
Somos mayores ahora que Juan el Bautista. Él vino para ser testigo de lo que está por venir. ¡Sin medida! El Espíritu sólo es dado en medida a personas como los hijos de Elí, pero a los que temen al Señor, ¡se les da su completitud! ¡Aquellos para quienes el Espíritu del Señor es el Señor, tienen la medida completa! ¡Él es el tronco del árbol y nosotros somos las ramas que salen de Él! Somos linaje de Cristo. Recuerden, nosotros somos los sacerdotes. Estamos llamados a gobernar y reinar, pero cuando no tienes el temor del Señor, ¡todos los demás espíritus comienzan a dominarte y serán parte de ti! Debemos crecer hasta la estatura y medida de la plenitud de Cristo (Efesios 4:13-29). ¡Ahora la menorá del templo son los siete Espíritus de Dios dentro de ti! ¿Qué significa ser un amante sin reservas? Que nuestros sueños, nuestros motivos y todas las cosas que el mundo promete ardan en Su Fuego Sagrado.
Véase Lucas 4:13-21. Incluso Jesús, siendo plenamente hombre, tuvo que esperar para recibir la plenitud del Espíritu. Después de la tentación, Jesús regresó a Galilea en el poder del Espíritu (Espíritu de fortaleza). Y enseñaba en las sinagogas de ellos, y era glorificado por todos (Espíritu de sabiduría, de conocimiento y de entendimiento). “Y le fue entregado el libro del profeta Isaías. Y abrió el libro, y halló el lugar donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para predicar el evangelio... para predicar sabiduría, inteligencia y consejo, con estas señales de fuerza.” ¿Qué le pasó a Elías? Él vino a enderezar un camino perverso: eso es el cambio que está sucediendo. ¡Un camino directo! ¡Un camino estrecho! Una iglesia sin poder es una iglesia sin Dios; Una iglesia sin Dios es una iglesia sin Su Espíritu. ¡Una iglesia sin el Espíritu no es Iglesia! Sin dones, sin Dios; sin poder, sin Dios; Sin fuego…sin Dios. Lo que llamamos Dios es sólo una apariencia de Dios si falta alguno de estos aspectos (2 Timoteo 3:5-7). La Biblia dice en este pasaje que nos apartemos de aquellos tipos que vienen con fuego extraño y los deseos de este mundo.
Continuando… “predicad el evangelio a los pobres; “Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón, a pregonar libertad a los cautivos” (versículo 18). La unción no eleva a las personas. Ella rompe el yugo. ¡Fuerza! ¡Fuerza! ¡Fuerza! ¡Es por esto que el enemigo intenta tomar el poder desde dentro de la iglesia! ¡Tenemos que seguir creyendo en esto! Cuando tememos a Dios, veremos estas manifestaciones. ¡No temas a tu hombre, no temas a tu familia, a tu suegro y ciertamente no temas a tu esposa! Teme al Señor y endereza todos los demás lugares de tu vida. Si temes al Señor sabrás a quién, cuándo y qué debes hacer. ¡El principio de la sabiduría es el temor del Señor! Teme al Señor, y Él hará el resto. Cuando temes al Señor, dejarás de hacer las cosas a tu manera. Escucharás al Cuerpo, te humillarás ante la unción y recibirás paz y gozo. El temor del Señor es saludable. No tememos al Señor por miedo de Él, sino por amor a Él. La bondad y el amor de Dios más el temor del Señor nos hacen justos. Demasiado temor del Señor sin la revelación de nuestra identidad es peligroso. Necesitamos ambos. El temor sano es un caminar saludable.
Cada vez que alguien nace de nuevo, estamos haciendo esto: “…y dar vista a los ciegos, y poner en libertad a los oprimidos” (Lucas 4:18). El mensajero predicará el Evangelio, pero el Espíritu de entendimiento en ti te ayudará a entender. Si hablamos, debemos hablar conforme a las palabras de Dios (1 Pedro 4:11). ¡Dios no te pedirá que digas algo si ya no estás arraigado y cimentado en ello! Dos o tres testigos apoyando tu palabra puede ser un milagro, puede ser una transformación, puede ser un ciego que ve. ¡Todo lo que necesitamos es hacer del Espíritu del Señor nuestro Señor, y el temor del Señor producirá toda la plenitud de Su Espíritu! Las bendiciones del Señor alcanzarán a aquellos que le temen. ¡Esta es la palabra del Señor! Hay tantas cosas que no tengo por qué decirte, el Espíritu de sabiduría te dirá qué hacer, siempre. ¡Todo lo que dijo Jesús debe cumplirse en nuestros días! “Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros” (Lucas 4:21). ¡Vaya, se cumplió en tus oídos, pero ahora, tiene que cumplirse ante todos los ojos para ver a través de nosotros, Su Iglesia! ¡Debemos verlo! El problema es que cuando no temes al Señor, ni siquiera escuchas la sabiduría de otros que temen al Señor.
Dicen: “¡Enoc y Elías regresarán como los dos testigos debido a sus mentes carnales!” ¿Pero quiénes son ellos? Pero ¿qué es esto, Señor? (Zacarías 4). Zacarías no lo sabía. Él fue humilde y dijo: “No lo sé”. Una mentalidad orgullosa te dirá que lo sabes todo. Crearon su propia línea de tiempo y siguen cambiándola cuando se dan cuenta de que están equivocados. Miedo, miedo, miedo. Falso, falso, falso. Pero Dios todo lo revelará a los humildes. “Entonces él respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos” (versículo 6). ¡Por Su Espíritu! ¡Por los siete Espíritus de Dios involucrados en un llamado del Espíritu Santo dentro de Su Iglesia! ¡Todo lo puedo en Cristo, en el temor del Señor!
Muchos sabrán que Jesús está edificando Su casa donde las puertas del infierno no prevalecerán porque “Mi iglesia tendrá el temor del Señor; ¡Mi Iglesia estará sujeta a mi Espíritu!” ¡Lo que Zorobabel entendió en aquel momento es válido para nosotros hoy! ¡El mensaje del fin de los tiempos puede unir todos los hechos mediante la sabiduría y el entendimiento! Ellos pueden entender lo que Zacarías y Zorobabel no pudieron entender. ¡Dios está edificando Su iglesia por medio de los siete Espíritus de Dios! La iglesia nunca es un edificio hecho por el hombre. Por el temor del Señor llegamos a ser esta obra maestra. ¡Somos parte del plan! ¿Quién ha despreciado los pequeños comienzos? Los siete Espíritus del Señor son los ojos del Señor que corren de un lado a otro y ahora están sobre nosotros, ¡en la verdadera iglesia llena del temor del Señor! Él estaba profetizando el mensaje del fin del tiempo. Llenad la lámpara de aceite, porque llega el novio. Sólo el Espíritu de entendimiento puede ayudarnos a comprenderlo. “¿Qué son estas dos ramas de olivo, de las que sale por dos tubos de oro el aceite de oro?” (Zacarías 4:12). ¡Éstos son los dos ungidos que están junto al Señor! ¡Te lo digo, este no es Elías, este no es Enoc, somos NOSOTROS! ¡El espíritu de Elías es el Espíritu del Señor! Pablo habla de ser injertados (judíos y gentiles convirtiéndose en uno), ¡un nuevo hombre en Cristo! ¡Un nuevo hombre en Cristo! La revelación debe ser interpretada sólo por el Espíritu de Dios para aquellos que tienen oídos para oír. Muchos piensan y dicen que tienen oídos para oír porque así lo dijeron, pero todos los que le temen, le conocen y le siguen tienen el fruto de su audición manifestado.
Dios es espíritu, y necesitamos adorarlo en el Espíritu (¡siete Espíritus)! ¡La misma Gloria que Dios le dio a Él, nos la da a nosotros! ¡Todo lo que vino después de la Palabra somos nosotros! ¡Cuanto más sabemos quiénes somos y lo que viene, más Le tememos! Cuanto más Le conocemos, porque Él es el temor del Señor, esto nos debe suceder a nosotros. El temor del Señor simplemente sucede. ¡Veo la esperanza tal como es! ¡Éstos son los dos ungidos! ¡Ahora el bautismo del Espíritu Santo significa ser el bautismo de los 7 Espíritus de Dios! ¡En la parte superior de la menorá, la vela más alta es el ESPÍRITU DEL SEÑOR! La Biblia en Proverbios 20:27 dice que somos la lámpara del Señor. No se tratará sólo de dos personas. ¡No pueden matar a la Iglesia! ¡Nadie puede matar a la Iglesia! No podemos entender estas cosas sin tener al Espíritu como Señor y a los siete Espíritus dentro de nosotros. Para producir fruto, debe haber sumisión al Señor. Así podremos tener todo conocimiento, toda sabiduría, todo entendimiento y todo poder. Los dos ungidos, un solo hombre nuevo en Cristo Jesús. Así como la gloria cubre el mar, Su iglesia cubrirá la tierra.
Danos el saludable temor del Señor para que empecemos a trabajar en nuestra mente, en nuestros pensamientos, porque el temor del Señor es el principio de la sabiduría. ¡Seremos el hijo del trueno! ¡Nos quedaremos! Diez mil caerán, pero nosotros permaneceremos. La muerte vendrá a nosotros, pero nosotros venceremos a la muerte. Dios no hará nada hasta que nos lo muestre primero. No hay sorpresas en el temor del Señor. ¡Lo sabremos todo! Entenderemos todas las cosas. ¡Espíritu de completitud! ¡Éste es el evangelio! ¡El Espíritu está sobre nosotros que hemos sido bautizados en Cristo, que hemos nacido de nuevo! Dios, continúa llenándonos más y más. ¡Nos convertiremos en un fuego furioso! ¡Porque los que temen al Señor obrarán con valentía! ¡Oh Padre, bautízanos en el temor del Señor! ¡En los siete Espíritus del Señor! ¡No nos apartemos nunca de Él! ¡Oh Padre, bautízanos en el temor del Señor! Eres nuestra completitud. ¡Tú eres el que eres y serás por siempre!
Por- Shane Roessiger
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