“¡Ah!” Hay una invitación clara: Isaías 55:1-11: “Todo el que tenga sed, venga a las aguas; y el que no tenga dinero, venga a las aguas”. Venid, comprad y comed; Sí, venid, comprad vino y leche sin dinero y sin precio. (Verso 1)
Pero para hacer esto, este pasaje nos dice que enfoquemos nuestros oídos hacia los cielos para que podamos escuchar lo que el Espíritu está diciendo. Él le dio la semilla al sembrador. Todos somos Sembradores: Sembradores de la Palabra de Dios, Sembradores de la justicia de Dios. ¡Y Él siempre trae la lluvia! Pero primero, la semilla debe morir y caer al suelo. ¡Jesús es la primera semilla! ¡Somos su cosecha! Ahora, nosotros somos la semilla para Su cosecha, ¡y Dios da el aumento! Dios hace milagros en medio de la oscuridad, incluso donde no hay luz. Quizás no veas el brote todavía, pero Dios siempre da el crecimiento. Lo que Él hace en secreto se manifestará por la luz (Efesios 5:13). La luz del mundo es el SOL. En el Reino, la Luz es el HIJO. Jesús estaba en el vientre de María; Entonces, después de que la palabra fue dada por Dios, con el transcurso del tiempo, Dios realizó un milagro en ella. Luego Él fue plantado (nació) en este mundo. Pero las primicias de muchos vinieron después de su muerte y sepultura, cuando fue colocado en el sepulcro.
“Así será mi palabra que sale de mi boca. No volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo deseo y cumplirá el propósito para el cual la envié.” Verso 11
Su palabra regresará a Dios cumpliendo todo aquello para lo que fue enviada. ¡Ella no regresará a Dios con las manos vacías! Primero, la revelación de Jesús fue la palabra enviada como semilla. ¡Así que Él se convirtió en una semilla que murió (Juan 12:24)! Jesús fue un salvador incluso antes de nacer. Jeremías ya era profeta antes de nacer (Jeremías 1:4-5). La Palabra vino a Jeremías y le habló antes de que fuera formado. Dios nos conoció antes de que nosotros Lo conociéramos. Él te conocía antes de que tú lo conocieras. Jeremías estaba aislado, separado y apartado de los demás. Jeremías se vio a sí mismo como un niño (versículo 6), pero Dios lo corrigió porque quería que Jeremías no regresara con las manos vacías. Él decía: “Porque a todo lo que yo te envíe irás, y dirás todo lo que yo te mande.” En otras palabras, Él estaba diciendo: “Ve y haz lo que te he dicho, y no regresarás con las manos vacías, sino que cumplirás todo lo que te envié a hacer” (versículo 7). Él puso sus palabras en la boca de Jeremías. Jeremías fue designado profeta sobre las naciones (versículo 10), ¡y ni siquiera lo sabía! ¡Jeremías estaba preparado para no regresar con las manos vacías!
La prosperidad en todo lo que Él te ha enviado a hacer puede que no suceda inmediatamente, pero Él nos la ha prometido. Él nos dio la Palabra, y la Palabra está en nosotros para cumplir lo que fue enviada a hacer. Jesús nunca regresó a su Padre con las manos vacías. Leamos Juan 12:23-26. Jesús era la Palabra y no regresó vacío. Todo lo que Él fue enviado a hacer, Él lo hizo. ¡Y nosotros también! Jesús, en esta Palabra, estaba explicando la cruz a los discípulos: “Todo lo que yo hago en lo natural, vosotros también debéis hacerlo”. Jesús era la Palabra. Y Su Palabra está en nosotros. Si morimos a nosotros mismos, la Palabra vive. La Palabra realizó todo y prosperó en todo aquello para lo cual fue enviada. ¡Esto se llama multiplicación! ¡Esto se llama verdadera prosperidad cuando la Palabra cumple todo lo que fue escrita para hacer en nosotros y a través de nosotros! Si Jesús es las primicias de muchos hermanos, ¡tampoco regresaremos con las manos vacías! Este proceso se llama SEMILLA-TIEMPO-COSECHA. Los milagros realizados a tiempo manifestarán lo que fueron planeados cuando Dios así lo diga.
La gente irá al cielo con las manos vacías o vivirá toda su vida regresando siempre vacía. Porque no sólo sus palabras volverán vacías, sino porque ellos vivieron la vida por sus propias palabras. Debemos ser conformados a la imagen del Hijo de Dios (Romanos 8:28-30). Jesús fue un hijo fructífero. ¡Estamos predestinados a ser tan fructíferos como Él!
Recuerde siempre que no somos nosotros, sino Él hace todo, habla todo, Él, nuestro Padre en nosotros y a través de nosotros (Mateo 10:12-22). Está escrito. ¡Si está escrito, sabemos que fue, es y ha de venir!
¿Dónde estás escrito? ¿Estás predestinado y apartado como dice en Romanos 8? ¿Es usted una de esas personas que lleva una sola voz como el sonido de muchas aguas mencionado en Apocalipsis 19:6? ¿Eres uno con el Espíritu Santo o uno con el espíritu del anticristo? Estás escrito en las páginas, ¿Dónde estás? Está escrito. Estás escrito. Estamos escritos. Todo está escrito en las páginas, y si eres una rama, darás fruto a su debido tiempo.
En el principio era el Verbo (Juan 1:1). Él es el principio y el fin, el Alfa y la Omega (Apocalipsis 1:8). Si estás en Él, eres exactamente como Él es.
No distorsiones la corrección con acusaciones. El acusador siempre está buscando lo que está mal. El que corrige siempre está buscando cómo ayudarnos a hacer lo correcto y crecer en madurez. ¡Él siempre te está mostrando en la Palabra y ayudándote a ser como Él, como la imagen de Aquel que está en ti! Estás predestinado a ser conformado (Romanos 8:29). Si no estás conectado a la misma fuente, no tienes el fruto. Por nuestros frutos nos conocen (Mateo 7:20).
Ninguna lengua que se levante contra ti en juicio te condenará (Isaías 54:16-17). Todo lo que Él creó en nosotros, Él lo usa. ¡Él usa las brasas del fuego como instrumento! ¡Todo lo que se hace en secreto será revelado en la luz! Pero ¿qué pasa con todas las cosas que Él está haciendo en nosotros en secreto, que ahora no podemos ver? Tomará algún tiempo. Cuanto más fuerte sea la raíz, más fuerte será el árbol. El brote brotará. El Reino de Dios puede estar en forma de semilla, ¡pero crecerá! ¡Esta semilla no regresará vacía! Así como la Palabra es una semilla según Cristo que se planta en nosotros, y nosotros somos el fundamento. Algunos riegan, otros siembran, pero Dios da el crecimiento (1 Corintios 3:6-7-9). El aumento es el milagro realizado en la oscuridad, realizado en secreto, realizado debajo de la superficie. Entonces comienza el proceso del tiempo. Se manifestará por la luz. Lo que se está haciendo es el secreto. El secreto será revelado por la luz. La luz del sol y el agua desencadenan el crecimiento natural. ¿Pero qué pasa con el Reino de Dios? Tantas semillas en la oscuridad están a punto de brotar. No te centres en la carne; enfócate en la Palabra que no regresará vacía. Brotará para vida eterna. Éste es el poder de la resurrección en nosotros. En el principio era el Verbo, y el Verbo era una semilla, y la semilla se hizo carne y habitó entre nosotros. ¡El Reino de Dios es como un grano de mostaza (Mateo 13:31-32)!
Hijitos, somos de Dios (1 Juan 4:4-17). Quizás no parezca que hemos vencido o ganado, pero la Palabra dice: ¡HEMOS VENCIDO! ¡No regresaré con las manos vacías! ¡Mayor es la semilla que está dentro de ti que la semilla que está en el mundo! Somos de Dios y conocemos a Dios. Dios no creó la religión. Él creó la Palabra, la Verdad y la Vida. La gente intenta unir a Dios con la religión, ¡pero no funciona! ¡Debemos reconocer el espíritu de error para no recibir de él! La gente cree que está viva sólo porque nació. No. Nacen muertos a causa del pecado. Por eso necesitan nacer de nuevo, para que puedan volver a la vida, cambiando la semilla de lo corruptible a lo incorruptible, del mal al bien, de la muerte a la vida, de la maldad a la vida santa, de la mentira a la vida santa. Y el engaño por la Verdad y la perfección. ¡La semilla incorruptible toma control de la semilla corruptible! ¿Estás con el GRAN YO SOY? ¿Eres la imagen del GRAN YO SOY? ¿Eres tan grande como el gran YO SOY? ¿Eres uno con Él? Quizás no lo parezca, pero está escrito. Seréis, y mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo (1 Juan 4:4). No vamos a ser, somos. ¡Aún no nos hemos manifestado, pero sucederá porque está escrito! Esta manifestación sucederá a través de Su Cuerpo, a través de Su gloria en la Tierra. Cuando esto suceda, lo que está escrito dará testimonio de Él y de Él en vosotros.
“Padre, gracias porque en Ti tenemos nuestro ser. Transfórmanos en secreto y trae esta transformación de regreso a la luz. ¡Creemos en tu Palabra!” Jesús nos señaló y dijo: Vosotros sois la luz, vosotros sois la ciudad sobre la colina. ¡No intentes esconderte! Los hombres odian la luz porque sus obras son malas, ¡sin embargo tú brillas para Él!
“Padre, gracias porque somos tu justicia, y nunca regresaremos vacíos, y todo lo que nos enviaste a hacer se cumplirá en Ti, en Tu Palabra. Esto es lo que está escrito. Dijiste: “En el principio es el Verbo”. Si conocías a Jeremías, ¡también me conocías a mí antes de enviarme! Escribiste todo lo que alguna vez viste. ¡Hablaste y así fue! Padre, gracias por la Palabra que siempre realiza algo en nosotros, porque esa misma Palabra que ahora está dentro de nosotros no regresará vacía. Prosperaremos en todo lo que la Palabra ha sido enviada a hacer a través de nosotros. ¡Amén!"
Por Shane Roessiger
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